QUINCY JONES

A. QUINCY JONES (1913-1979)


Archibald Quincy Jones nació en Kansas, Missouri.  Se crió en una ciudad al sur de California, aunque acabó la educación secundaria en Seattle. Se matriculó en la Universidad de Washington para estudiar arquitectura, y se graduó en 1936. Durante sus años universitarios fue considerablemente influenciado por Lionel Pries. En 1942 recibió su certificado de arquitecto en California. Se casó con una compañera de arquitectura llamada Ruth Schneider. Trabajó con arquitectos como Paul R. Williams, George Vernon Russell, F. Emmons. Recibió una comisión como teniente comandante de la Marina de los Estados Unidos, pero en 1945 volvió a LA y abrió un estudio.

También fue profesor y decano en la universidad de California del Sur desde 1051 hasta 1967. Era conocido por el aprovechamiento de elementos prefabricados industriales para proporcionar una arquitectura asequible y refinada. Murió en 1979.

En sus obras encontramos numerosos edificios de la USC, la Universidad del Sur de California, como el de la Escuela de Comunicación y Periodismo y también otros proyectos con Joseph Eichler, promotor de la X-100.

Quincy Jones proyecta la X-100 componiéndola con formas geométricas simples (tienen gran importancia los círculos ya que conectan el interior con el exterior).



Por otra parte, respecto a los volúmenes, la casa es una caja acristalada con planos que se separan de ella y que buscan abrirse al exterior.
Está claramente marcada por la horizontalidad pero que en el interior se rompe con la constancia de las vigas de acero.

En relación a la parcela la X-100 cede gran parte del terreno al jardín, al que se le da bastante importancia y se integra en el interior de la casa (como se explica aquí).

Por otra parte, la casa se adapta a la escala humana, permitiendo resolver todas las necesidades de la vida de la época, un buen ejemplo son las distintas profundidades de las dos zonas de la piscina según para quien vayan destinadas, una zona más profunda para los adultos y otra menos para los niños.

Una de las características de la X-100 es que en ella el espacio fluye y solo se delimita por el mobiliario y cortinas si es necesario. Para que esto sea posible son fundamentales los cambios en la estructura que se producen.
Al utilizarse una estructura de acero, que es la encargada de soportar la ligera cubierta (formada por láminas metálicas aislantes y corrugadas) desaparece la necesidad de los muros de carga y posibilita la existencia de estos espacios abiertos.
Respecto a los cerramientos de la vivienda, parte de ellos están hechos de láminas de madera, que aprovechando las vigas como guías se pueden deslizar para así cambiar la distribución de la casa. La otra parte de los cerramientos son de cristal, tanto fijos como móviles, y así se consigue esa conexión entre el interior y el exterior que caracteriza a la vivienda.
Además del acero y el cristal, las encimeras de la cocina son de Formica un nuevo material plástico, que permite una gran variedad de colores y acabados, y los electrodomésticos de acero inoxidable

La comunicación del interior con el exterior en esta casa es muy importante y se consigue mediante distintos recursos.
Los muros exteriores están hechos con ladrillos de hormigón que separan los espacios pero no lo hacen de forma estanca.
Los tragaluces situados en la parte central de la casa iluminan las zonas a las que no llega la luz de los grandes ventanales.
La repetición de motivos como los círculos en el suelo tanto interior como exterior crean una conexión entre ambas zonas.
Los jardines interiores que funcionan como zonas de tránsito también ayudan a crear este ambiente.

La casa experimental X-100, situada en el barrio The Highlands en San Mateo (California), nunca fue pensada como una vivienda de producción sino que tenía otros propósitos: en primer lugar promocionar la empresa y por otra parte potenciar esa zona, que estaba de capa caída a pesar de estar a solo 30 minutos de San Francisco, a causa de las malas comunicaciones por la autopista Skyline.


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El barrio tenía unas vistas espectaculares de los lagos Crystal Springs y de las zonas arboladas de los alrededores y estaba en una localización tranquila pero finalmente la promotora notó que la ubicación de la casa no jugaba a su favor.
En palabras de Ned Eichler: “Fue entonces cuando aprendí la diferencia entre una localización bonita, como era esa, y una localización conveniente”.