Joseph Eichler fue un reconocido constructor, responsable de innumerables avances a mediados del siglo XX en el área de la Bahía de California. Sus numerosas viviendas poseían techos altos, grandes acristalamientos, planta libre y a menudo jardines interiores, siempre buscando potenciar el espacio y la luminosidad.
Inspirado en el trabajo de Frank Lloyd-Wright después de alquilar su casa Bazzet en 1942, Eichler se propuso contribuir con la construcción a la mejora social, dando un buen diseño a un precio asequible. De esta forma, su campaña en Sunnyvale fue todo un éxito y consiguió venderla en dos semanas.



Será más adelante cuando la empresa decida apostar por las tierras altas de San Mateo, California. Eichler confió en un equipo de expertos para diseñar una casa experimental donde innovar la forma de tratar el espacio, la luz, los materiales y la tecnología.
Así, la X-100 fue construída en 1956 y diseñada un año antes por los arquitectos A. Quincy Jones y Frederick E. Emmons para el promotor Joseph Eichler. El proyecto fue un gran éxito, promocionándose en los grandes periódicos y revistas que la denominaban “la casa del mañana”. Fue visitada por alrededor de 150.000 visitantes aunque la casa no estuviese en venta, ya que buscaba experimentar con nuevas técnicas y materiales y promocionarlos.

Los miles de californianos que se agolpaban en la “casa del futuro” esta semana se quedaron boquiabiertos a innovaciones tales como una chimenea giratoria, una pared entera de cristal, un tragaluz de plástico como la burbuja de un bombardero, dos jardines interiores, puertas correderas de accionamiento eléctrico que reemplazan todas las ventanas, y la construcción de armazón de acero para eliminar la necesidad de muros de carga. 
                THE WALL STREET JOURNAL


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